Müller vs. Son: una Semifinal "millennial", el duelo de esta generación

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En estas Semifinales de Conferencia Oeste 2025, la MLS entrega un cruce que activa la memoria emocional de millennials y porqué no, los Gen Z: Thomas Müller vs. Son Heung-Min, dos íconos del fútbol internacional que forman parte de generaciones que crecieron mirando ligas o competencias europeas mientras aprendieron a sentirlo y entenderlo. Son cracks actuales, con el brillo más actual posible de Major League Soccer y líderes de dos equipos top como Vancouver Whitecaps y LAFC, pero esta especie de postal generacional que no queremos olvidar también traerá un poco de nostalgia.

¿Fúbol de consola?

Para una generación futbolera que creció mirando el juego cuando no existían plataformas de streaming para la Champions League —y había que sintonizar por cable, sin pausas y con delay—, que esperaba con ansias cada fin o mitad de semana para ver la Premier League, LaLiga o la Bundesliga en televisión, y que quizá —como le pasaba a esta autora— empezó a entender de estrategias jugando al PES06 o al FIFA06 en PlayStation 2, mientras aguardaba cada jornada una nueva genialidad de Leo Messi en el Barça.

Para esa generación, nada se siente fuera de lugar al ver al Ramdeuter de Vancouver Whitecaps, ícono bávaro, campeón con Bayern Munich y Alemania, reencontrarse ahora, en las Semifinales de Conferencia de Major League Soccer, con el hombre que una vez lo eliminó de un Mundial con Corea del Sur, superestrella pop de LAFC y el #7 que revitalizó al Tottenham con un título europeo.

Contextualizemos

El alemán y el surcoreano se topan una vez más pero en la MLS, cuando los Whitecaps y Los Angeles Football Club busquen avanzar a la final de Conferencia Oeste de los Playoffs 2025, el sábado 22 de noviembre en el BC Place de Canadá (9:30 pm ET - MLS Season Pass)

Es un duelo de dos estrellas que se toparon catorce veces en su carrera, entre 2011 y su último enfrentamiento en agosto de 2024, todavía defendiendo los colores de sus amores, casi un año antes de coincidir en la idea de cruzar el charco y mudarse a la liga de Norteamérica.

Todo envuelto en un contexto entre dos clubes que tuvieron doble cruce en la temporada regular 2025 —en ausencia de sus nuevas estrellas—, en la que LAFC no pudo vencer al equipo canadiense ni una vez:

  • 11 de mayo: Vancouver Whitecaps 2-2 Los Angeles FC
  • 29 de junio: Los Angeles FC 0-1 Vancouver Whitecaps

Y lo mejor de todo este escenario, es que trae de vuelta los recuerdos que crecieron con ellos en Europa, y que hoy, de forma casi poética, se reeditan en un nuevo continente.

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El recuerdo millennial

Toca una fibra

No me imagino lo que significó la despedida de Sonny para los fanáticos del Tottenham Hotspur. Una figura carismática, que tras años en el club se ganó la cinta de capitán y dos años después de empezar a usar la banda, fue artífice del primer título europeo desde 1984 —la UEFA Europa League 2025—.

Y lo mismo ocurre al pensar en el hincha bávaro. Ver partir a Thomas Müller después de 25 años formando parte de un mismo club desde las inferiores, una misma historia, una misma estética futbolera, es un golpe directo a la época del fútbol sin streaming . No se trata solo de perder a un jugador: se trata de perder un lenguaje. Müller fue el Bayern, y el Bayern fue Müller.

Ambos parte de capítulos enteros de la historia de sus clubes. Y aunque ambos llegaron a la élite años después de la era PES06, son parte de una memoria generacional que comparte el afán por los 2010's, 2011's, cuando la calidad del video importaba menos que la emoción del momento y veíamos épicos enfrentamientos europeos entre estrellas que ahora residen en territorio estadounidense.

Son figuras que, sin darnos cuenta, se integraron a nuestra vida afectiva del fútbol. Y ahora, verlos aquí —en Norteamérica, es algo que podemos llamar inédito pero recuerda de lo que fuimos y la sorpresa de lo que todavía podemos sentir y esperar de este duelo.

¿Cuál es el antecedente de Son vs. Müller?

Más allá de la memoria generacional que despiertan, el historial entre el alemán y el surcoreano tiene un peso propio. Durante más de una década, sus caminos se cruzaron en Alemania, en Inglaterra, en Europa y en un Mundial, casi siempre con el mismo desenlace: los equipos de Müller en ventaja. Este es el resumen más claro de sus enfrentamientos:

Durante más de una década —entre 2011 y 2024— sus clubes se enfrentaron en múltiples contextos y el patrón fue claro:

  • Bayern Munich dominó la mayoría de los duelos, tanto cuando Sonny era un juvenil en el Hamburger SV, como más tarde en Bayer Leverkusen y Tottenham Hotspur.
  • En Champions League, el Bayern golpeó más fuerte: Müller anotó, asistió y fue decisivo en varias goleadas recordadas por los fanáticos.
  • Son tuvo sus momentos, como el gol que marcó en la histórica derrota 2-7 del Tottenham ante el Bayern en 2019, o su tanto ante Alemania en el Mundial de Rusia 2018.
  • El único triunfo realmente contundente del surcoreano sobre el alemán llegó en esa Copa del Mundo, en aquel 2-0 que dejó fuera al Die Mannschaft -defendiendo el título- y que para muchos fue uno de los capítulos más impactantes de esa generación futbolera.
  • Pero incluso contando ese golpe mundialista, el balance general es claro: cuando ambos jugaron, los equipos de Müller sumaron más victorias, más goles y más dominio colectivo.
  • Goles y asistencias en duelos directos: Müller anotó 4 goles y 2 asistencia, y Son solo dso goles en el balance total.

En números globales —entre Bundesliga, Champions, amistosos y el Mundial—, el registro es contundente: las escuadras de la estrella de los Whitecaps acumularon la amplia mayoría de triunfos, con un aporte directo del alemán en anotaciones y asistencias.

Messi, como centro de atracción

Para entender por qué estas dos figuras llegaron acá y protagonizan un duelo que hasta ayer solo podía verse en estadios europeos, primero hay que hablar del punto de quiebre: Leo Messi, estrella de Inter Miami CF.

Y es que todo eso que mi generación vio durante años en el fútbol de élite —que formó a millenials y gen Z futboleros— ahora se mudó a Estados Unidos.

Zlatan Ibrahimović fue el aviso con LA Galaxy. Y, un poco más atrás en el tiempo, pero grabado a fuego en cualquier fanático del fútbol, no solo mi generación: David Beckham había sido el prólogo perfecto de ese fenómeno, también con la camiseta del equipo angelino.

Rompió el paradigma. Abrió la puerta. Pero Messi fue la bisagra que lo cambió todo. El argentino fue validación global, impacto cultural, impulso comercial y legitimación deportiva. Después de él y su llegada al sur de la Florida, la liga podía aspirar a atraer a jugadores que todavía tenían capítulos grandes por escribir.

Y eso incluye a Müller y Son. Ambos llegan no como exestrellas, sino como estrellas vigentes, listas para liderar proyectos completos. Con intenciones de competir, dominar y seguir ganando. Sus números en poco tiempo lo avalan:

  • Son: 10 goles y 4 asistencias en 12 partidos, ya es el segundo más aportador del equipo Black and Gold, por detrás de Denis Bouanga.
  • Müller: 8 goles y 2 asistencias en 9 partidos, tienee las segundas mejores estadísticas de su equipo, por debajo de Brian White.

¿Dos modelos europeos en territorio MLS?

Y no porque sea un déjà vu literal, sino porque los estilos, las ideas y las figuras encarnan una estética europea que marcó nuestra adolescencia futbolera.

Hay varios puntos que me ponen a pensar en esto:

ADN alemán y fútbol directo

Steven Cherundolo, estadounidense, es un producto directo del fútbol alemán con una arraigada carrera como jugador en el que pasó más de dos décadas en Hannover, se formó en la escuela táctica germana y dirige con esa misma claridad estructural:

  • Equipos directos, ataques verticales, transiciones rápidas, precisión mental y cero adornos innecesarios.
  • Su LAFC es un equipo que se siente “Premier con influencia alemana”: velocidad, intención ofensiva inmediata, protagonismo en campo rival y una superestrella que rompe líneas.
  • En ese sistema Son encaja perfecto, igual que lo fue para el Tottenham: el jugador definitivo del último tercio, el que acelera, el que detona, el que hace que todo el equipo respire más rápido.
  • Sin contar con que se ha convertido en un líder natural instantáneo del equipo angelino. Y sí, LAFC también tiene una base latina que suaviza y potencia esa estructura, como la tenía el equipo del surcoreano en Inglaterra con el que quedó campeón este año.

Escuela nórdica al servicio del orden de Müller

En el otro rincón, Vancouver Whitecaps ofrece la estética opuesta: la Europa del control, del sistema, del orden posicional y equilibrio. Con Jesper Sørensen, danés, al mando, el equipo construyó durante toda la temporada una identidad clarísima:

  • Orden en defensa, salidas limpias, presión medida, ataques verticales bien administrados,y una consistencia que pocos equipos en MLS pudieron igualar.
  • Vancouver no necesitó reinventarse: ya funcionaba. Era —y sigue siendo— uno de los sistemas más equilibrados de la liga.
  • Pero entonces llegó Müller. Y su aparición no rompió nada: lo potenció todo. No es que el equipo gire únicamente alrededor de él; es que todo lo que ya funcionaba encuentra otra dimensión cuando pasa por su lectura del juego.
  • Con la misma rapidez que el surcoreano, ya es el líder natural del equipo y no tardó mucho en volverse el capitán de los Caps'.

En cierta medida, ambos equipos tienen algo que hace recordar el pasado con sus clubes en Europa. Para el fan millennial, este contraste activa algo muy reconocible:
el recuerdo de esas tardes viendo Bundesliga y Premier, el duelo entre estética alemana y vértigo inglés.

Son es el caos eléctrico, y Müller el orden espacial.

Aroma de campeones

Entre ellos dos hay una mini historia que dejó chispas en el pasado. Quedar eliminados de la Copa del Mundo 2018 en fase de grupos con gol del surcoreano fue una narrativa que dejó mucho de que hablar. Y más para los fanáticos latinos, porque eso significó que México avanzó a octavos de final, y dejó afuera al mismo Son y Müller.

No hizo falta una década completa de enfrentamientos para que esta historia se sintiera especial. Por eso lo que vivieron en Europa funciona hoy como un prólogo perfecto, porque esa historia que existe entre ellos carga de significado lo que está por ocurrir ahora.

Todo lo que vimos antes —los golpes, las respuestas, los momentos que cambiaron narrativas— se siente ahora como la antesala ideal de este nuevo capítulo.

Uno que, por primera vez, se escribe en MLS.

¿Quién ganará?

Müller y Son no llegaron a MLS para recordar quiénes fueron, sino para demostrar quiénes siguen siendo. En Vancouver y LAFC son energía pura: uno afina un sistema que ya era sólido; el otro enciende un ataque diseñado para acelerar. En una semifinal, la presencia de ambos pesa más que nunca.

Pero, al final, el verdadero ganador es el fanático del fútbol.

Especialmente el de nuestra generación, que creció con estos nombres en pantallas cuadradas, en consolas viejas, en noches europeas que parecían de otro mundo. Hoy esa nostalgia millennial es presente competitivo.

Quizá por eso esta semifinal se siente tan cercana, porque mientras el fútbol cambiaba, nosotros cambiamos con él… y verlos aquí -para mi al menos- frente a frente, nos recuerda quiénes éramos cuando empezamos a amar este deporte.

Y quiénes somos ahora.

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