El Efecto Son ya llegó a los Playoffs de MLS

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Si Son Heung-Min está, algo tiene que pasar.

Esa es la sensación que deja el surcoreano desde que empezó a aparecer un tiempo atrás en Major League Soccer, y es algo que no podía pasar desapercibido en los Playoffs de la MLS Cup 2025 presentados por Audi.

Los Angeles Football Club empezó con buen pie la postemporada, con un triunfo muy difícil ante Austin FC 2-1 en el BMO Stadium, ubicado en la ciudad de la estrellas.

Todo esto mientras Sonny disputaba su primer partido en esta instancia, demostrando que incluso sin marcar, condiciona e influye en el partido con su sola presencia: obliga, atrae, distorsiona el orden rival. Hasta que, como siempre, termina interviniendo en el momento clave —esta vez, con un pase a Bouanga para el gol del salvadoreño Nathan Ordaz.

Una estrella que no necesita presentación

En Hollywood, desde hace un poco mas de dos meses, el jugador que hizo posible la nueva realidad angelina, que domina sobre el resto, tiene nombre propio: Son Heung-min.

Hay jugadores que tardan meses en adaptarse a una liga, luego está él, que llegó, sonrió, marcó y en menos de 11 partidos es un jugador que su sola presencia marca diferencias en la cancha y fuera de ella.

El club encontró en él algo más que goles — encontró una forma de volver a sentirse grande. Y en su debut de Playoffs, Son no necesitó marcar para ser el centro de todo. Bastó con estar.

Números de cine

11 partidos. 9 goles. 3 asistencias. Entre temporada regular y postemporada, los números de Sonny desde que llegó parecen de un jugador que tiene años jugando en la liga.

Pero lo más impresionante no es su producción, sino la facilidad con la que la genera. No necesita poses heroicas, ni nada del otro mundo, lo hace sencillo: aparece, corre pocos metros, toca y define.

Lo loco de ver a Son jugar es darte cuenta de que el partido se organiza en torno a su sombra.

En la noche del miércoles, fue lo mejor del conjunto 'Black and Gold' y aunque quizá no aportó directamente, su movimiento en el gol y el pase a Denis Bouanga, empezó el gol de Ordaz, que además representa una anotación muy importante en la carrera del joven de 'la Selecta'.

"Trabajé duro, ayudé al equipo cuando entré, creando ocasiones de gol", dijo Nathan, que anotó su primer tanto en postemporada.

Este trío marcó el ritmo de la noche en el BMO Stadium, para darle ventaja al equipo mientras el marcador marcaba el 1-1.

La conexión es inmediata, Bouanga entiende sus diagonales, Nathan le da velocidad, y Son los convierte en una versión más afinada del ataque angelino.

Esa química es parte del nuevo LAFC, el que empezó a tener sincronía de campeón.

A su manera, 'nivel Messi'

Cuando se dice que Son está “en nivel Messi”, no es exageración ni comparación. Es descripción del impacto que ambos tiene en la liga actualmente.

Ambos comparten esa rareza: el rival no sabe cómo detenerlos porque ni siquiera saben de dónde vendrá el daño. Sin dudas son dos estrellas que brillan a su manera, pero el surcoreano ha globalizado aún más lo que lo había hecho el argentino.

Ambos comparten esa cualidad rara de condicionar el juego sin tocarlo, y cuando lo hace también. Cuando están en el campo, todo el partido orbita alrededor de ellos.

Y si los rivales se obsesionan con neutralizarlos, el resto del equipo aprovecha el caos.

Los entrenadores suelen hablar de “gravedad ofensiva”, un concepto que explica cómo Messi, por ejemplo, atrae rivales y libera compañeros, y para Son es natural también.

Pero su impacto no queda ahí, ni en su productividad ofensiva nada más.

Fenómeno hollywoodense

Habla de su impacto. Y compararlo con Messi no es exagerar, es entender el fenómeno.

Son y Leo no juegan igual, pero provocan el mismo tipo de caos para su rivales en la MLS y un efecto especial en la gente.

La llegada de 'Sonny' a LAFC no solo cambió al equipo. Cambió la conversación, tanto en su equipo como en toda Major League Soccer.

Desde su debut, los partidos del club angelino duplicaron su audiencia en Corea del Sur, las camisetas con su nombre se agotaron en cuestión de días y la cobertura mediática del club se volvió global.

Tanto así, que hasta se convirtió en la figura de la que más se habla en su país, al nivel y hasta más que el KPOP, y las calles de Los Ángeles están llenas de murales con su cara. Los fans llegan con banderas, cámaras y pancartas en hangul.

En Corea del Sur su rostro aparece en vallas publicitarias, portadas de magazines, y LAFC comenzó a posicionarse como “equipo favorito” fuera de Estados Unidos gracias a él.

Más que fútbol

Son llegó a la MLS para competir, eso sin dudarlo se nota en cómo vive cada partido desde que llegó. Pero fuera de eso, encontró una forma distinta de brillar, sin mucho ruido, con una personalidad alegre y tranquila, y aún así, doblemente relevante.

Dentro del vestuario, su presencia tiene peso real. Los jóvenes lo escuchan, tiene un compañero cercano, un 'bromance' con Bouanga, los veteranos lo respetan y el cuerpo técnico valora su compromiso.

Esa personalidad es lo que atrae a tantas multitudes, en conjunto a su gran momento futbolístico. Su presencia es un recurso deportivo y emocional al mismo tiempo. Le da confianza al equipo.

Si Son está, algo tiene que pasar

El silbato final marcó un 2-1 a favor de Los Angeles FC, pero lo que realmente quedó grabado fue el cambio de ritmo, de estructura y de partido que generó Son Heung-min.

No entró en el “marcador de los goles”, pero sí en el de los efectos.

Su sola presencia obliga a cualquier rival a reestructurarse, y el segundo partido de esta Ronda 1 ante Austin FC, tendrá más de eso el proximo domingo 2 de noviembre (8:45 pm ET - MLS Season Pass).

Y la oportunidad de que juegue su primer encuentro de la siguiente fase.

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