Intensidad. Presión. Eso es lo que Sebastián Driussi desea.
Tienen que entenderlo. Él sabe que eso puede hacerlo sobresalir. Forjado en River Plate, cuando su hinchada canta "Este año la Copa vamos a ganar", lo dicen de verdad. El delantero de Austin FC es extremadamente competitivo.
Incluso ahora, años después de dejar Buenos Aires, Driussi lucha por igualar la amabilidad de los fanáticos aquí, su deseo de permitirle ser un ser humano y disfrutar de la vida sin la exigencia constante de otra actuación de primer nivel, obtener una victoria o asegurar un trofeo.
“En Argentina hay mucha presión durante toda la semana. La gente es muy apasionada. Nunca tuve paz, momentos que podía salir y pasar con mi familia”, dijo Driussi a MLSsoccer.com.
“Entonces aquí encontré esa paz, esos momentos de calma con mi familia y pude disfrutar un poco más de las cosas que quería”.
Buena presión
Quería eso porque sabía que lo necesitaba. Driussi, también puede sentarse y relajarse en el sofá el domingo después de un partido. Sin embargo, no puede 'apagar' completamente el fútbol y admite que a veces se mete en problemas con su esposa por aburrirse durante un espectáculo. Prefiere ver más MLS o un partido argentino.
Este entusiasmo por el deporte, por la competición y por mejorar cada día es el motivo por el que Driussi está aquí, luciendo el brazalete del Austin FC, firmando una extensión de contrato que lo mantendrá en el club al menos hasta la próxima temporada con opción a 2026. por qué el comienzo de este año ha sido frustrante para él, perdiéndose los dos primeros partidos por un problema en el tendón de la corva, y por qué el puesto 12 de la temporada pasada en la Conferencia Oeste todavía lo devora.
“Creo que después de un 2022 realmente bueno, cometimos un gran error en 2023, que fue pensar que podíamos relajarnos y pensar que íbamos a clasificarnos fácilmente [a los Playoffs]”, dijo. “Esta liga no es así. Si no compites, no entrarás a los playoffs porque cada oponente, cada partido es muy difícil”.
Eso fue cierto el pasado fin de semana, en el empate sin goles ante Seattle Sounders FC y volverá a ser cierto el sábado en el Q2 Stadium contra St. Louis CITY SC (8:30 pm ET | MLS Season Pass), cuando Driussi espera poder hacer su debut en 2024.
El finalista del premio al MVP de la MLS 2022 acepta las críticas por la temporada 2023, cuando cayó de las alturas establecidas en 2022, al aportar 22 goles y 7 asistencias. La temporada pasada solo fueron 11 tantos y cinco pases-gol.
En lugar de comprensión por el bajón de forma, quiere todos los cuestionamientos, incluso de sus seguidores.
“En este momento, lo extrañas porque puedes sentir una buena presión. Si no produce un fin de semana, ya sabe lo que va a pasar”, dijo Driussi. “En Argentina jugaste mal y sabes que en la televisión van a estar el lunes los periodistas, los hinchas que están locos por el fútbol".
“... A veces se extraña, se extraña que la gente diga: '¡Che, estás haciendo las cosas mal!' Para un jugador, eso es bueno”.
Capitán de las vibras
Así que, como capitán, trabaja para encontrar el equilibrio entre aplicar esa presión a sus compañeros y la buena onda que encontró en el vestuario al llegar desde el Zenit San Petersburgo como Jugador Franquicia en el verano de 2021.
Al aterrizar en Austin, hizo buenas migas con el argentino Maxi Urruti y el uruguayo Diego Fagúndez, con quienes lanzó sesiones de streaming llamadas Mate con Vos, en la que los jugadores conversaban y respondían preguntas de los aficionados.
Si bien esos jugadores ya no están en la plantilla, Driussi dijo que el vestuario todavía está unido y entiende el estilo que el entrenador en jefe Josh Wolff quiere poner en el campo.
“Obviamente hice amistades desde el momento en que llegué y me llevaba bien con algunos muchachos que vivían aquí”, dijo. “Hacer Mate con Vos, los asados, eso es unir al grupo, estar unidos, ver diferentes opiniones o escuchar lo que piensa cada uno. Es bueno relacionarse de esa manera, crear esas relaciones”.
Las relaciones en la cancha van a existir este año. Austin busca integrar al delantero Diego Rubio y al extremo Jáder Obrian, pero Driussi está listo para replicar en el terreno de juego lo que ocurrió en 2022, cuando Austin finalizó en la segunda posición de la Conferencia Oeste.
Fuego competitivo
Ahora con 28 años, el número 10 de Austin dice que “siempre” siente el mismo espíritu que sentía cuando jugaba 'picados' mientras crecía en Buenos Aires. Sin embargo, es la forma en que lee el juego lo que a menudo conduce a los momentos en los que encuentra el fondo de la red.
“Aquí tengo un asistente que habla español y me dice: ‘El espacio estará aquí. Te trasladaremos aquí. Puedes ser peligroso por este lado’, así que trato de escanear un poco lo que está sucediendo en el juego y luego trato de encontrar los espacios donde podré estar libre o infligir daño”, dijo.
Austin FC necesita eso de Driussi esta temporada, para que una vez más aproveche las emociones, encuentre los espacios adecuados e inflija la máxima destrucción en las líneas defensivas contrarias. Para Driussi, todo se reduce al hambre de competir y a la intensidad necesaria para intentar alcanzar sus objetivos.
“Nunca voy a perder esas ganas de seguir creciendo y seguir creciendo como competidor”, afirmó. "Esto es lo que soy. Siempre quiero ganar y me enfado cuando pierdo o cuando pierdo balones que no debería perder. Yo también me enfado conmigo mismo. Nunca perderé eso”.
Todo vale la pena cuando retiene el balón, cuando lo cruza la línea y cuando se libera esa presión. Cuando ve a los fanáticos del Austin FC que lo aman y pueden decir genuinamente: “Buen gol. Gran juego. Gran victoria”.
