Messi en el túnel del tiempo: Inter Miami desafía al PSG en un duelo que trasciende el fútbol

Es hora de reencontrar rostros familiares. Lionel Messi volverá a cruzar caminos con el París Saint-Germain, el que fue su último equipo en Europa.

Pero esta vez, no lo hará como la joya de una constelación europea en un riquísimo plantel, sino como el corazón palpitante de un equipo que ha desafiado el mapa del fútbol mundial: el Inter Miami CF.

El destino, siempre caprichoso, ha tejido este cruce con hilo de memoria y redención, haciendo que el conjunto del sur de Florida, tras una primera ronda de tintes heroicos en el Mundial de Clubes 2025, se enfrente en octavos de final al último club de Europa que cobijó los sueños de Messi antes de su partida al nuevo mundo.

Y no será un partido cualquiera. No solo por lo que significa a nivel deportivo—enfrentar al PSG, uno de los grandes gigantes del fútbol mundial—sino por la carga emocional que representa para Messi. Será, en muchos sentidos, una revancha personal, un reencuentro simbólico con su pasado más reciente en el Viejo Mundo.

Una fase de grupos inolvidable para Inter Miami

Inter Miami llegó al Mundial de Clubes sin la etiqueta de favorito, pero terminó siendo una de las grandes sensaciones de la primera ronda. El equipo dirigido por Javier Mascherano cerró invicto su grupo, mostrando carácter, orden táctico y ese toque de genialidad que siempre aparece cuando Messi, Suárez, Alba y Busquets están sobre el césped.

Empató sin goles frente al Al Ahly de Egipto en un duelo táctico y cerrado con un Oscar Ustari inspirado bejo los tres palos, pero se repuso con una victoria emocionante por 2-1 sobre el FC Porto de Portugal, mostrando una gran capacidad de reacción, en una remontada que inició gracias a un lindo gol de Telasco Segovia. Luego, en su cierre de grupo, protagonizó un vibrante 2-2 ante Palmeiras de Brasil, dejando claro que ‘las Garzas’ pueden competir ante cualquier rival.

Con estos resultados, Inter Miami se clasificó a los octavos de final, escribiendo una página sin precedentes en la historia del club y del fútbol de la MLS. Pero el premio por esa campaña notable es tan desafiante como atractivo: enfrentarse al PSG, actual campeón de Europa, que es dirigido por un viejo conocido de ‘los Cuatro Fantásticos’.

PSG y la cita de reencuentro con Messi

El PSG logró terminar primero en su grupo pese a una sorpresiva caída en la segunda jornada ante Botafogo. El equipo francés, comandado por Luis Enrique, mostró momentos de gran fútbol, sobre todo en su partido inaugural en la que goleó 4-0 al Atlético de Madrid. Tras su caída ante el equipo brasileño, cerró la fase de grupos venciendo a un dedicado Seattle Sounders, para recuperar el primer lugar.

Ahora, el Paris Saint-Germain se prepara para un duelo especial, no solo por el peso del rival, sino por la historia compartida con el 10 argentino. Lionel Messi vistió la camiseta del conjunto galo durante dos temporadas (de agosto de 2021 a mediados de 2023), en un paso que dejó cifras contundentes—32 goles y 35 asistencias en 75 partidos—pero también una sensación de desconexión emocional con el club francés.

Messi llegó a París como campeón de América, tras un adiós entre lágrimas del FC Barcelona, y compartió vestuario con Neymar y Mbappé en un tridente que generó más expectativas que realidades a nivel continental. Aunque ganó títulos domésticos, nunca logró conquistar el corazón del público del Parque de los Príncipes, ni tampoco alcanzar la ansiada Champions League. Su salida se produjo entre silbidos, desencuentros con parte de la afición, y la clara sensación de que esa etapa no terminó como él hubiese querido.

Este cruce ante el PSG tiene un sabor distinto para Messi. No hay ánimo de revancha deportiva, pero sí una oportunidad para cerrar un ciclo desde otro lugar, con otra energía. En Miami, Leo ha recuperado la sonrisa. Rodeado de sus amigos de siempre—Busquets, Alba y Suárez—y en un entorno más relajado y familiar, ha vuelto a disfrutar del juego, de su rol de líder, y del cariño incondicional de una hinchada que lo idolatra.

Ahora, el fútbol le da la chance de mirar a los ojos a su pasado más reciente, pero desde otro rol. Ya no es parte del aparato mediático del PSG, sino el emblema de un club con una historia en construcción que está logrando cosas interesantes. Ya no es parte de un tridente de galácticos, sino el alma de un proyecto con identidad y raíces.

Para Messi, este partido es una especie de espejo emocional. Allí estará el club que no logró entenderlo del todo, y enfrente, el proyecto que le ha devuelto algo que parecía extraviado en los últimos años: la alegría de jugar.

El significado de este cruce de octavos

Para entender lo que representa este partido para Messi, hay que mirarlo desde el lente emocional. París fue su despedida del Viejo Continente, una etapa que nunca terminó de florecer como se esperaba. En Miami, en cambio, encontró un nuevo propósito, un nuevo hogar futbolístico y una comunidad que lo abraza sin condiciones.

Este no es solo un partido de fútbol. Es una metáfora del camino recorrido. De los momentos en que brilló sin sentirse feliz, y de los actuales, donde la felicidad parece pesar más que las luces. Frente al PSG, Messi pondrá a prueba no solo su capacidad futbolística, sino también la madurez de un proceso personal que comenzó cuando decidió dejar Europa.

La pelota volverá a rodar, como siempre. Pero esta vez, habrá más en juego que un pase a los cuartos de final. Habrá emociones cruzadas, recuerdos encontrados, y la posibilidad de que Lionel Messi, desde su presente radiante en Miami, pueda reconciliarse—al menos simbólicamente—con una etapa que, aunque no fue la más feliz, también forma parte de su incomparable historia.

Luis Enrique, una presencia familar y mentora, entre flores

Y como si el guion no tuviera suficientes ingredientes, en el banquillo del PSG estará Luis Enrique, el último entrenador que supo sacar lo mejor de Messi y compañía en Europa, siendo la mente maestra detrás de un equipo que deslumbró al mundo con el tridente que formó el argentino junto a Neymar y Suárez.

El asturiano dirigió a 'los Cuatro Fantásticos' y al 'jefecito' en el FC Barcelona durante uno de los ciclos más exitosos del club: entre 2014 y 2017, ganó dos Ligas, tres Copas del Rey, una Champions League y un Mundial de Clubes. Ese título europeo fue el último que pudo conseguir el FC Barcelona, en una etapa en la que el DT supo cómo potenciar a un plantel que ya de por sí era alucinante.

La relación entre Luis Enrique y el 10 tuvo altibajos - en los primeros meses, hubo tensiones que casi derivan en un quiebre - pero con el tiempo lograron construir una sociedad futbolística formidable. Hoy, con las aguas más calmas y los egos asentados, los dos se expresan con admiración mutua.

En la previa del partido, ambos se dedicaron elogios. Luis Enrique dijo que Messi es “el mejor jugador que ha dirigido” y expresó que “fue un privilegio compartir tantos títulos con él”, y Leo, por su parte, destacó que “Luis Enrique es un técnico muy exigente, pero muy inteligente, que siempre quiere lo mejor para el equipo”.

Este reencuentro no es solo un detalle anecdótico. Es un elemento que añade profundidad al duelo. Luis Enrique sabe cómo juega Messi, cómo se comporta en las grandes noches, qué le incomoda y qué le potencia. Y Messi sabe que enfrente estará alguien que lo entiende como pocos desde el punto de vista táctico. Un viejo duelo con nuevas camisetas.

Secretos y recetas que cuesta esconder, pese que el fútbol es el deporte más esquivo e impredecible.

Luis Suárez, el jugador más destacado del partido ante el Palmeiras, colocó a Luis Enrique en un pedestal, reflejando importante que fue en su carrera. “Para mí, junto con el Maestro Tabárez de la selección uruguaya, fue el entrenador más importante de mi carrera, por lo que me enseñaron, por lo que aprendí en el día a día con ellos”, dijo el delantero del IMCF sobre el director técnico español tras anotar un golazo y dar una asistencia el lunes.

“Es un entrenador que me influyó muchísimo. Ya tenía un ADN competitivo, pero él me inyectó aún más. Me enseñó a moverme en un espacio donde tenía que jugar un rol al que no estaba acostumbrado, sin tocar mucho el balón… Sin mencionar, a nivel personal, una relación de gran respeto y admiración por lo que generó en nosotros como jugadores”.

Jordi Alba, que ha entrado como uno de los revulsivos en los últimos dos partidos del Inter Miami, fue uno de sus dirigidos tanto en el FC Barcelona, como en la selección española, entre 2018 y 2022. “Lo he dicho muchísimas veces: para mí, es el mejor, no solo como entrenador, sino también por cómo dirige al grupo”, declaró el lateral de Miami, tras el emocionante empate 2-2 del lunes por la noche contra el Palmeiras. “Es un fenómeno. Tengo muchas ganas de verlo, al igual que a Rafel Pol, a Joaquín Valdés y a todo su cuerpo técnico. Le daré un abrazo”, añadió Alba, “pero cuando el árbitro pite el inicio, intentaré ganarle. Que es lo que todos intentamos hacer”.

Javier Mascherano, DT de Miami, también tuvo la oportunidad de jugar para Luis Enrique, y lo considera un amigo. “Luis Enrique es mi amigo. Tuve la suerte de tenerlo como entrenador durante tres años. Tengo una relación muy especial con él, y también con su familia”, dijo el argentino. “Será un partido especial enfrentar al PSG, y será un orgullo para mí enfrentarme a uno de los mejores entrenadores que he tenido en mi carrera. Eso es lo bonito del fútbol a veces. Será una oportunidad muy hermosa. Siempre le deseo todo lo mejor; ese no será el caso el domingo. Espero que la suerte nos acompañe el domingo. Pero sí, tengo una muy buena relación con él. Lo aprecio mucho”.

Nuevo duelo en ATL

Inter Miami y Lionel Messi regresarán al Mercedes-Benz Stadium, el imponente escenario en Atlanta donde ya vivieron una noche mágica al vencer al FC Porto en un duelo cargado de intensidad y carácter. Ese triunfo no solo les permitió dar un paso clave hacia los octavos de final, sino que consolidó la sensación de que este equipo, liderado por el genio rosarino, está preparado para escribir su propia epopeya en el fútbol mundial.

Ahora, con la confianza fortalecida y el sueño intacto, volverán a pisar ese césped con una misión aún más ambiciosa: seguir derribando barreras que hasta hace poco parecían inalcanzables.

Enfrente estará el rival más temido del torneo, el todopoderoso PSG, armado para ganar y acostumbrado a las grandes noches. Pero Inter Miami ha demostrado que no se rinde, que sabe competir, y que cuando Messi está inspirado, cualquier obstáculo puede volverse superable. Será una cita con la historia, una oportunidad para desafiar la lógica, y quizás, para que el fútbol vuelva a recordarnos que las emociones y los relatos personales todavía importan más que los pronósticos.

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