De MLS Cup 2025 al Mundial 2026: así crece el Efecto Messi

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Cada tanto, el fútbol mete una pausa. Se acomoda, mira alrededor y se rinde ante un fenómeno que no sabe explicar del todo. Y en 2025, ese fenómeno volvió a aparecer en la MLS con la misma firma de siempre: Lionel Messi. A sus 38 años, el 10 regaló una temporada que por momentos parecía ciencia ficción con Inter Miami.

El argentino no sólo cambió la conversación: la agrandó, la multiplicó y la llevó a otra galaxia. Lo que algunos querían vender como hype terminó siendo realidad pura. Con títulos, récords y esa magia que no caduca, Messi volvió a confirmar ante el planeta que sigue siendo el GOAT, el dueño de las épocas, el que inclina la cancha cuando quiere y el único capaz de mover emociones en millones, adentro y afuera, acá y en cualquier rincón del mundo.

Y, entonces, vale que nos hagamos la pregunta...

¿Se hizo todavía más gigante el Efecto Messi en 2025?

La respuesta existe, pero no vive en un solo número, ni en una jugada, ni siquiera en esa copa levantada en Miami. Hay que recorrer todo: lo que hizo en la cancha, lo que explotó en los estadios, lo que rompió en ratings, lo que transformó en la cultura futbolera y lo que se viene. Porque Messi sigue generando cosas en Estados Unidos, en Argentina y en el planeta entero, justo en la antesala del Mundial 2026.

Vamos por partes.

Miami me lo confirmó

Messi no necesitaba demostrar nada. Pero eligió hacerlo todo este año, al ganar su tercer título con Inter Miami, y la primera MLS Cup del club rosa.

2025 fue la temporada que convirtió su paso por MLS en algo más que un experimento global o un fenómeno de contenidos. Fue un año de producción pura, con impacto medible y trascendencia visible.

Sus logros hablan por sí solos:

  • Campeón de MLS Cup 2025
  • MVP de la MLS (por segundo año consecutivo, récord histórico)
  • MVP de la MLS Cup
  • Botín de Oro 2025
  • Finalista de Leagues Cup
  • Actuación clave en el Mundial de Clubes, llevando a 'Las Garzas' a octavos de final, y venciendo a un equipo europeo por primera vez en la historia de Concacaf.
  • Y se quedó con más de dos selecciones en el premio Estrella de MLS Español.

No sorprende la lista… aunque, en opinión de esta autora, ya deberían darle todas las Estrellas MLS Español, guiño, guiño.

Lo verdaderamente sorprendente fue la consistencia: Messi mantuvo un nivel alto de agosto a diciembre con una frescura física que no mostraba desde su tramo final en Barcelona.

Fue su campaña más completa en la MLS: un año en el que todo —individual y colectivo— se alineó, y donde Inter Miami funcionó como un equipo construido y potenciado alrededor de su influencia.

Su peso deportivo es enorme, con una marca palpable ahora también en el deporte de grandes ligas de Norteamérica. Messi se unió a una lista muy exclusiva de atletas que fueron o son MVPs de sus deportes en temporadas consecutivas, como -por ejemplo- Michael Jordan o LeBron James en la NBA, Aaron Judge y Shohei Ohtani en la MLB, Peyton Manning (NFL) o Wayne Gretzky (NHL).

Nuevo estándar

El #10 cambió por completo el estandarte de la liga desde su llegada, pero todo fanático ansiaba verlo como lo vimos este año. Sí, sus primeras dos temporadas fueron irreverentes, pero la verdadera expansión llegó cuando superó toda la expectativa acumulada... y devolvió algo todavía más espectacular.

El Messi competitivo —el Messi que rompe la estadística, que obliga a los rivales a redibujar su plan de juego— reapareció repotenciado, con una vigencia absurda para sus 38 años.

¿Puedes creerlo? Messi volvió a ser ese Messi, pero versión MLS turbo.

Y los datos explican por qué este año se siente distinto:

  • 14 contribuciones de gol en los Playoffs (récord absoluto)
  • Primer jugador en la historia en lograr en una misma temporada: MVP de liga + MLS Cup + MVP de la MLS Cup
  • Segundo jugador en ganar MLS Cup, Botín de Oro y Premio Landon Donovan MVP.
  • Primer jugador en ganar el premio Landon Donovan al Jugador Más Valioso de MLS en dos años consecutivos,
  • Mejor campaña regular de Inter Miami desde que existe, bajo su efecto.
  • Líder en goles generados en transición ofensiva en toda la liga
  • Messi aportó 48 veces en los 101 goles de IMCF en año calendario, el número más grande que un club en la historia ha alcanzado en MLS, combinando temporada y postemporada.
  • Fue el máximo goleador de la temporada regular, ganó el Botín de Oro 2025 en una pelea dura con Dénis Bouanga y Sam Surridge
  • Líder de la Selección Argentina en las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026, y afianzándose como el máximo asistidor de la historia de todas la selecciones.
  • Se convirtió en el máximo asistidor de la historia del fútbol.
  • Goleador de las eliminatorias rumbo a la Copa del Mundio 2026.

El argentino decidió no solo destacarse, arrastró al resto de la liga a su nivel, determinó cómo se juega y elevó el nivel competitivo, contagiando al resto.

Ese es el corazón del 'Efecto Messi'.

Un fenómeno que hizo más global a la MLS

El impacto no se quedó en Miami. La liga vivió su temporada más visible, más conversada y más internacionalizada desde su creación. No fue casualidad.

La presencia de Messi convirtió cada jornada en un evento global, un ritual que se siguió desde Estados Unidos, Latinoamérica, Europa y Asia. Cada fin de semana se formó una especie de ventana compartida: el mismo horario, la misma intensidad, el mismo magnetismo… y el mismo lugar donde encontrarlo.

Y todo bajo una lógica que cualquiera que haya seguido su carrera entiende perfectamente: la de saber esperar lo inexplicable.

Eso es parte del fenómeno Messi, una historia viva y en desarrollo —con contrato renovado— que seguiremos viendo crecer a través de Apple TV.

Si algo dejó este año, es que el efecto del #10 opera desde lo inesperado: no sorprende que sorprenda, y aun así sorprende. Y ese pulso, ese misterio anticipado, fue el que trajo al mundo entero a ver una final de MLS Cup.

Magnetismo Messi

El rival de Messi aquella tarde en Miami fue parte de esa misma maravilla: la MLS vivió su final más global porque vivió su temporada más magnética, y el imán fue Lionel.

Y en ese magnetismo entró Thomas Müller, con Vancouver Whitecaps, quizás de los fichajes más simbólicos de esta nueva era. Un campeón del mundo, un eterno antagonista de Messi en noches europeas y con el que se enfrentó en MLS Cup. Si algo dejó clara esa final —en la previa, en la cancha y después del pitazo— es que Müller respeta a Messi y admite que 'es el mejor jugador que hemos tenido en este deporte'.

2025 también recibió a Son Heung-Min en LAFC, otro fichaje impensado hace unos años, y quién también admitió venir a la liga bajo al influencia de Lionel.

El fenómeno abrió puertas que antes no existían y expandió el perímetro de la liga más allá de lo imaginable, y nos lleva a preguntarnos más de lo que pasará...

¿Qué nos espera entonces el año que viene? Después de todo lo que pasó en este que ya se va, queda la sensación simple y directa de que aún hay más por venir.

Leo construyó ese magnetismo que va más allá del 'Efecto Messi' y desde ahí se validaron varias cosas en la MLS:

Aquí también se juegan historias grandes.
Aquí también se cierran cuentas pendientes.
Aquí también se enfrentan leyendas.

Dejó claro que existe una expansión de todo ese fenómeno, y cada vez se vuelve más continental, global e inevitable.

La MLS creció alrededor de él

En término más sencillos, lo estructural también se movió:

  • Récord de venta de camisetas
  • Asistencia creciente en estadios a nivel liga
  • Mayor volumen de fichajes internacionales de élite
  • Inter Miami convertido en la marca más global de la MLS
  • Récords de expectación

Todo eso habla de expansión.

Argentina se ilusiona

Aquí está uno de los capítulos más potentes del 2025, y que se expande a 2026.

El Efecto Messi no solo vive en Estados Unidos. También late en Argentina, donde el país ve este momento con alivio, nostalgia e ilusión mundialista.

Lo dijo Gastón Edul en Esto Es MLS en la previa a la final: "Es un secreto a voces, y está la sensación interna en la Selección Argentina, que Leo Messi va a participar en la Copa del Mundo 2026".

Un punto no menor y que se complementa con el momento que está viviendo el argentino en su club. El periodista argentino cree que esa final de MLS Cup es una buena noticia y "acerca a Messi al Mundial", y ganarla como lo hizo, aún más.

Tiene otro ángulo que el argentino llegue a la cita mundialista, luego de un año espectácular con 'las Garzas', a que llegue después de una temporada muy intermitente, por lesiones, como la que tuvo en 2024.

Y es así. El Messi que llega a 2026 llega pleno, con ritmo, con goles y confianza, con la compañía de su mejor aliado en la Albiceleste, Rodrigo De Paul, tras levantar su título de MLS Cup.

Para la Argentina es vital e ilusionante, para la liga es invaluable y para el Mundial es el combustible perfecto.

La camiseta más pedida en Navidad

Y hay un detalle que explica mejor que cualquier estadística la expansión del Efecto Messi: la herencia emocional.

¿Cuántas generaciones van a crecer pidiéndole a Papá Noel este mes o a los Reyes Magos en enero la camiseta #10 de Inter Miami? ¿Cuántos la pedirán la celeste y blanca en Argentina? Es incalculable.

Tan lejos y tan cerca, en Estados Unidos o en Sudamérica, ese es el tipo de impacto de él. Ese es el tipo de legado que solo Messi puede dejar.

Entre sueños y recuerdos que se quedan para siempre, Leo sigue marcando generaciones enteras de fanáticos… incluyendo a los más jóvenes, los que hoy eligen su primera camiseta. Solo hay que ver el revuelo que causó su presencia apenas unas horas atrás, en la inauguración del torneo para juveniles y jugadores de academias que lleva su nombre: la Messi Cup.

Entonces… ¿se amplió el Efecto Messi en 2025?

Después de recorrerlo todo, la respuesta ya no es una pregunta:

  • Se amplió en lo deportivo
  • Se amplió en lo cultural
  • Se amplió en lo comercial
  • Se amplió en lo estructural
  • Se amplió en lo global
  • Se amplió en lo emocional, especialmente en Argentina

Leo fue la fuerza que ordenó audiencia, fichajes, narrativas y sueños en Estados Unidos y el mundo.

Después de caminarlo de punta a punta, ya no hay dudas, ni VAR ni polémica: sí, se amplió. Y a lo grande.

  • Se amplió en lo deportivo: partidos espectaculares, récords nuevos y una MLS que se reinventa en esta nueva dimensión de gloria y desafío.
  • Se amplió en lo cultural: Messi convertido en código postal del planeta. Canciones, documentales, remeras, murales… el 10 ya es género artístico.
  • Se amplió en lo comercial: sponsors en fila, marcas orbitando a su alrededor como si fuera un sol. Donde va Messi, las ganancias lo acompañan.
  • Se amplió en lo estructural: estadios renovados, academias explotadas, chicos con la 10 hasta para ir al supermercado. El ecosistema se ordenó solo.
  • Se amplió en lo global: de Miami al mundo. En Asia madrugan, en Europa ponen sus alarmas, América se acomoda. Todo por verlo caminar, tocar, decidir y escribir un capítulo más de logros.
  • Y, claro, se amplió en lo emocional. En MLS, en Argentina, en el mundo: cada gol es un abrazo, cada asistencia un suspiro, cada gesto un recuerdo del pibe que se volvió mito.

Porque Leo fue, es y seguirá siendo la fuerza que ordena audiencias, fichajes, narrativas y sueños.
En Florida, en Rosario, en Caracas, en Ciudad de México o en Barcelona. Allí donde haya una pelota rodando.

Messi no sólo movió el tablero: lo reescribió. Y 2025 lo confirmó con firma, sello y zurda.

¿Y se puede pedir más?

Sorprendentemente, . Y el propio Messi lo deja clarísimo con cada declaración, cada entrenamiento y cada latigazo de zurda. Todavía puede:

  • Repetir la MLS Cup: porque cuando está Leo, siempre hay final posible.
  • Levantar cualquier otro título con el Inter Miami: Open Cup, Leagues Cup, Copa de Campeones de Concacaf… lo que venga, todo entra en la vitrina rosa.
  • Romper más récords (obvio): estadísticas que tiemblan, marcas que ya se resignan antes de empezar.
  • Elevar aún más al Inter Miami: convertirlo no sólo en un club, sino en un fenómeno global.
  • Jugar el Mundial 2026, ser figura y capitanear otra vez a la Selección: tres cosas que para otro serían sueños, pero para Messi son rutina de gigante.
  • Sellar su legado norteamericano: dejar impresa una nueva era rosa, con su firma y el número 10 en tinta indeleble.

Porque el Efecto Messi no está cerrando su libro.
Está escribiendo los capítulos más jugosos.

Y ojo: no sería ninguna locura que 2026 termine siendo su obra maestra.
Con Messi, lo imposible siempre es apenas el punto de partida.

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